jueves, 30 de julio de 2015

Consejos para conducir en verano

Este año la Guardia Civil ha incrementado sus efectivos y su vigilancia Para limitar el número de accidentes de tráfico en los desplazamientos vacacionales la Dirección General de Tráfico ha ofrecido a los conductores una serie de consejos:
El viaje debe prepararse previamente obteniendo información sobre el trayecto a utilizar y revisando el vehículo.
- Por motivos de visibilidad, es preferible realizar el viaje en horas diurnas.
- Durante el viaje se deben realizar descansos cada dos horas aproximadamente. La desatención en la conducción es el principal factor desencadenante de accidentes graves.
- Debemos ser estrictos con el cumplimiento de todas las normas de circulación.
- La velocidad debe ser la adecuada a las circunstancias y a la vía por la que circulamos. En autopistas y autovías la velocidad máxima permitida para turismos y motocicletas es de 120 km/h.
- El consumo de alcohol por los conductores es incompatible con la conducción. La tasa máxima permitida es de 0,25 miligramos de alcohol por litro de aire espirado.
- Siempre, en cualquier desplazamiento, ya sea de corto o largo recorrido, deben utilizarse los sistemas de seguridad adecuados. Cinturón, casco o sillas infantiles pueden salvarnos la vida.
- Adopte las mismas precauciones al realizar desplazamientos cortos que en los de largo recorrido.

Fuente:econsumer

jueves, 23 de julio de 2015

La hidratación en verano

Al llegar el verano aumenta el riesgo de la deshidratación: 10 consejos básicos para una correcta hidratación en verano. Con la llegada del verano la gente que practica deporte está más expuesta a sufrir deshidrataciones que pueden acarrear graves problemas de salud. Ricardo Mora, científico del Instituto Gatorade de las Ciencias del Deporte ofrece 10 consejos para que esto no ocurra. Madrid, xx de julio de 2.003.- La llegada del buen tiempo y de las altas temperaturas fomenta la práctica de deporte al aire libre. El aumento de las horas de luz y el periodo vacacional favorece que muchos ciudadanos pasen parte de su tiempo libre practicando su deporte favorito. Este momento de relajo puede verse truncado por una mala hidratación.
  Ricardo Mora, doctor en fisiología del ejercicio, y asesor científico del Instituto Gatorade de Ciencias del Deporte ofrece 10 sencillos consejos para que nuestra salud no se vea afectada por la deshidratación:
1.- CONOCER CUANTO TE DESHIDRATAS

"Simplemente necesitas medir tu peso con ropa mínima antes y después del ejercicio. El peso perdido es sobre todo agua corporal y te dará una idea de cuanto sudas y por lo tanto cuanto necesitas beber. Lo demás es sencillo, cuando hagas deporte en verano, lleva siempre una botella con suficiente cantidad de fluido y bebe para intentar no perder peso".

2.- CÓMO AFECTA LA HUMEDAD

"La humedad alta de ciertos lugares dificulta la "refrigeración" del cuerpo usando la sudoración. Con humedad alta el sudor no se evapora y cae al suelo. Por lo tanto en lugares húmedos y calurosos, se necesita beber más para recuperar también el sudor no efectivo (el que cae)".

3.- ANTE DE EMPEZAR A SUDAR HAY QUE HIDRATARSE CORRECTAMENTE

"Hay que comenzar la sesión de deporte bien hidratado. En verano perdemos más agua corporal sin darnos cuenta, lo que se conoce como pérdida de agua insensible, y es muy frecuente comenzar a hacer ejercicio ya deshidratado".

4.- BEBER LÍQUIDO DURANTE EL EJERCICIO

"Durante la práctica del ejercicio, deberíamos intentar beber tanto líquido como perdamos a través del sudor, pero esto puede ser demasiado, y a veces molesto
. Como recomendación general, en verano se debería consumir 200 o 300 ml. de líquido cada 10 ó 20 minutos. Esta cantidad se debe incrementar si hace mucho calor, si el entrenamiento es duro o si la persona suda mucho (ver punto 1)".

5.- BEBER DESPUÉS DE HACER DEPORTE PARA RECUPERAR LO PERDIDO

"La bebida debe incluir agua, hidratos de carbono para recuperar la energía perdida y sales minerales para acelerar la recuperación. Si tienes que recuperarte en 4-6 horas debes de beber de un 25-50% más de lo que has sudado, puesto que durante el descanso se continúa sudando".

6.- RECONOCER LOS SÍNTOMAS DE LA DESHIDRATACIÓN

"Lo síntomas son: sensación de sed, irritabilidad, incomodidad general seguida de dolores de cabeza, debilidad, mareos, calambres musculares, náuseas, vómitos y reducción notoria en el rendimiento deportivo. En todos los casos se debe de parar, enfriar al deportista y rehidratarlo".

7.- CUANDO LOS DEPORTISTAS SON NIÑOS O ADOLESCENTES

"Debe haber una supervisión por parte de los adultos para asegurarse de que su grado de deshidratación no llegue a límites peligrosos para la salud. Hay que educar a los niños a beber, realizando paradas obligatorias en los entrenamientos o juegos, tener a mano suficiente cantidad de líquido y de sabor agradable para que incite a beber. Es interesante individualizar sus botellas como marcas cada 100 ml para saber cuanto beben".

8.- LA BEBIDA HA DE ESTAR FRÍA Y SABER BIEN

"El sabor y la temperatura de la bebida influyen en la cantidad que bebemos de manera voluntaria. Hay que escoger una bebida que no sea demasiado dulzona y mantenerla en la sombra o en un contenedor aislado del calor".

9.- AÑADIR SAL A LA BEBIDA

"En muchas ocasiones es interesante que la bebida elegida contenga algo de sal (1 g/l), ya que ayuda a recuperar la sal que perdemos con el sudor y minimiza los calambres. Además, añadir sal, estimula la sed".

10.- BEBE, BEBE y BEBE

"Beber es la medida más simple y natural de mantener alejados los problemas que acarrea la deshidratación durante el deporte en verano".

miércoles, 22 de julio de 2015

El estrés en la empresa

La meditación puede tener un papel en la empresa hacen falta nuevas técnicas y nuevos hábitos. Y la meditación puede ser uno de ellos buscando espacios de silencio.

Desde ese espacio de silencio, pueda mirar el entorno como un observador imparcial. Y también conectar consigo mismo, con su propósito, con su misión, y con sus valores. Y observar cómo sus acciones están de acuerdo o no con ellos. La meditación te convierte en un observador desimplicado. Los directivos, de esta forma, miran con ecuanimidad sus acciones. Es algo que sabemos hacer los seres humanos. Acabamos una conversación y pensamos: debería haber dicho aquello, o tendría que haber reaccionado de forma diferente. Sabemos hacerlo, pero la meditación nos ayuda a conectar mejor con nosotros mismos, y a crear un espacio para nuestra calma interna.


Aconsejamos la meditación a los directivos. Hay compañías muy importantes que ofrecen ese espacio de tranquilidad y reflexión no solo para directivos; también al resto de trabajadores.Muchos directivos tienen dificultades para descansar, para dormir, para relajarse durante los fines de semana. Y en época de crisis se ha acentuado. Y se ha trasladado a otros niveles de las empresas. Han aumentado mucho las bajas por estrés o ansiedad.Aunque sea por razones económicas, ya vale la pena invertir en gestión de las emociones en las empresas. Tendría un impacto enorme.

El management se enfoca en los recursos que tienen que gestionar los directivos de una organización, ya se trate de un quiosco o de una gran empresa. Trascendiendo el management está el liderazgo, que tiene que ver con el crear un futuro, una visión, con soñar algo y compartirlo con los demás. Superar el binomio material de la relación. Los pagos y contratos no generan emoción. En el momento en que alguien te pague algo más, cambiarás de compañía. Cuando te ofrezcan un producto de un precio inferior, comprarás ese producto. Trascender el binomio material supone generar una emoción social; plantearse para qué más sirve ese producto, qué valores hay detrás.

martes, 21 de julio de 2015

Ventajas de hacer Deporte en verano

Es recomendable que la actividad elegida no resulte agotadora y que se ajuste a las necesidades de cada uno
El ejercicio físico es un elemento fundamental para nuestra salud. Con él conseguimos mejorar nuestra tolerancia al esfuerzo, gastamos calorías y movilizamos diferentes sistemas. El verano, que hoy comienza, es la estación más proclive a animarnos a realizar este tipo de actividad física. Sin embargo, no todo ejercicio es beneficioso. Cuando realizamos un esfuerzo, consumimos una cantidad de energía que se genera en los propios músculos que se ponen en funcionamiento. Para la producción de energía hace falta el consumo de glucosa y el aporte de oxígeno. Si la intensidad del ejercicio supera la disponibilidad y capacidad de generación de energía, el sistema de producción energético entra en déficit y da lugar a la aparición de un metabolismo patológico denominado anaeróbico o no dependiente del oxígeno.
Este tipo de metabolismo puede dar lugar a la generación de productos tóxicos para el organismo como el ácido láctico, responsable de los calambres y las molestias musculares. Además, en esta situación de anaerobiosis la respiración se vuelve rápida para compensar la acidosis o consumo de bicarbonato que se produce, y el pulso supera el límite fisiológico de compensación. Este límite fisiológico depende de la edad: a los 15 años, se sitúa en 145 pulsaciones por minuto; a los 30, en 133: a los 45, en 120 y, a los 60, en 110.
Debemos tener precaución con los deportes de gran intensidad que someten al cuerpo humano a un excesivo estrés y que incluso en personas predispuestas (hipertensos o cardiópatas) puede ser contraproducente.
La gimnasia
La gimnasia es un tipo de ejercicio físico que se realiza de forma suave pero constante y que, por ello, permite someter al organismo a un esfuerzo que no supera su capacidad de producción de energía.
La gimnasia puede ser terapéutica o "quinesiterápica" cuando se emplea para la recuperación del movimiento de alguna articulación o para el reforzamiento de un miembro o grupo muscular debilitado. Puede ser eficaz en la corrección de determinadas posturas patológicas consecuencia de enfermedades neurológicas o producidas por traumatismos.
Esta actividad debe ser realizada bajo supervisión de un equipo especializado. Puede emplearse para fortalecer la musculatura respiratoria si se tiene una enfermedad pulmonar; aumentar la tolerancia al esfuerzo en pacientes con enfermedades cardíacas o después de un infarto de corazón; facilitar la deambulación en personas con enfermedades articulares o sobrepeso, etcétera.
Los niños
La gimnasia resulta un elemento fundamental en la educación de los niños desde temprana edad. La gimnasia educacional no sólo sirve para luchar contra el sedentarismo, sino que también puede ayudar a la asimilación de determinados valores. Podemos practicar ejercicios de gimnasia con los bebés desde los seis meses.
Esos momentos de gimnasia, siempre a la misma hora y acompañados de música clásica o de nuestra conversación, le servirán de estímulo para reforzar su seguridad. Nunca hay que realizar movimientos bruscos que puedan producirle lesiones internas.
Cuando el niño tiene ya dos años puede empezar a hacer ejercicios de psicomotricidad, sencillos al principio pero cada vez más complejos. Pueden consistir en imitar acciones de la vida ordinaria, favoreciendo con esta práctica el interés por el medio que les rodea. Pueden realizarse ejercicios de gimnasia más complejos a partir de los cuatro o cinco años, que requieran una mayor capacidad de coordinación.
Mantenimiento
En los adultos, la práctica de la gimnasia aporta muchos beneficios: es la denominada gimnasia de mantenimiento. Puede ser una gimnasia rítmica, mediante el empleo de música que permite la utilización de diversos grupos musculares según el ritmo que marca el acompañamiento de notas musicales. Existe una gimnasia dirigida al fortalecimiento o empleo de determinados grupos musculares. Podemos emplear una cuerda que sujetamos con los pies, estirando de ella con los brazos de tal forma que fortalecemos la musculatura dorsal.
Si estando de pie sujetamos con la mano el pie contrario e intentamos bajarlo en oposición a la fuerza de sujeción de la mano, conseguiremos fortalecer los músculos de la cara interna de los muslos, los cuales suelen estar débiles y flácidos en los jóvenes.
Permaneciendo erguidos podemos sostener un pie con una tela e intentar extenderlo, con lo cual fortaleceremos los músculos del muslo y de la cadera. Este ejercicio debe realizarse alternando el pie empleado. Por último, podemos contraponer las palmas de las manos y las yemas de los dedos presionando fuertemente, con lo que reforzaremos los músculos de los brazos y de las manos.
Existen otros ejercicios que podemos hacer en familia y que pueden ser divertidos. Apoyándose en un cojín, un participante puede sujetar los pies del otro, que queda boca abajo sosteniéndose con los brazos estirados, con lo que se refuerza la musculatura de las extremidades superiores y la abdominal. También podemos sujetar un cojín con los pies y estando tumbados levantarlo del suelo, con lo cual actuaremos sobre la pared abdominal y de las piernas.

fuente:consumer.es/web/es/salud/2002/06/21/48207

¿Que es la Biodanza?

La Biodanza es un sistema de crecimiento personal orientado al estudio y fortalecimiento de la expresión de las potencialidades humanas a través de la música, ejercicios de comunicación en grupo y vivencias integradoras. Está organizado según un modelo teó­rico y estructurado a través de un conjunto de ejercicios en los cuales el movimiento, la música y las situaciones de encuentro ge­neran oportunidades para la evolución.
La Biodanza se estructura de acuerdo con un modelo científico. En él encontra­mos que nuestro potencial humano se de­sarrolla en cinco grandes líneas de viven­cia: la vitalidad, la sexualidad, la creativi­dad, la afectividad y la trascendencia. Es­tas cinco líneas abarcan la totalidad de nuestra vida y su desarrollo y expresión nos indican nuestro grado de salud e inte­gración.
Está compuesta de ejercicios-danza con músicas seleccionadas. Estas danzas tie­nen un significado simbólico sobre nuestra vida, tienen la capacidad de modificar nuestra “danza existencial” y rescatan de ella aquellos aspectos que faltan para una expresión plena y auténtica.
Etimológicamente, Biodanza significa “danza de la vida”, entendiendo danza como movimiento pleno de sentido. Todos bailamos la danza de nuestra existencia durante la vida. Esta danza se expresa a través del cuerpo y se refleja en nuestras actividades, en nuestro estilo de vida, en nuestras relaciones y en nuestra calidad de vida.
Biodanza incorpora a nuestra danza existencial los movimientos naturales y la emoción que nos vincula a nosotros mis­mos, al otro y a la naturaleza, creando una danza integrada, plena de significación, que refuerza el equilibrio orgánico, psí­quico y existencial, posibilitando la expre­sión plena y auténtica de nuestras poten­cialidades humanas.
Aporta condiciones para que cada per­sona encuentre formas más saludables de vivir que incorporen la salud, el placer, la alegría, la creatividad en todas sus expre­siones, la afectividad, la autoestima, el con­tacto y la comunicación.
Proporciona las herramientas necesa­rias para mejorar aspectos como:
  • La alegría de vivir
  • La autoestima
  • La autoconfianza
  • El placer de vivir
  • La creatividad a todos los niveles
  • Una mejora de las relaciones
  • Armonizar nuestro cuerpo
  • Mejorar nuestra calidad de vida
  • Mejorar la salud (estrés, desequili­brios orgánicos...)

¿Cómo es el trabajo en Biodanza?
En Biodanza siempre se trabaja en grupo. El grupo de Biodanza potencia las relacio­nes saludables de sus miem­bros, proporciona las condicio­nes de protección, aceptación, autoestima y permisividad ne­cesarias para que la persona se exprese en totalidad y reencuentre el pro­pio curso existencial que le conduzca a la salud.
Tenemos una concepción biocéntrica del hombre y entendemos que éste vive en relación con el medio. El medio ambiente y el estilo de vida son factores decisivos para valorar nuestra calidad de vida. Muchas personas viven en un medio tóxico que imposibilita la expresión de su potencial vital, afectivo y creativo, y esto conduce a la enfermedad. Al entrar en contacto con un medio saludable como es el grupo de Biodanza, la persona se “contagia” de salud y encuentra, progresivamente, forma de vivir más plenas y de acuerdo consigo mismo.
El trabajo de Biodanza se realiza con música. La música conecta con la emoción e induce al movimiento. De este modo se crea la vivencia. Las vivencias inducidas en las sesiones de Biodanza tienen un alto potencial integrador cuerpo-mente, conec­tan con un lenguaje arquetípico, crean en la persona una nueva sensibilidad hacia sí misma, hacia los demás y hacia la vida.
Este proceso renovador involucra la to­talidad de la persona, abarcando el orga­nismo y el psiquismo. Biodanza respeta profundamente el ritmo de cada persona y por esto trabajamos con progresividad, permitiendo a cada uno autorregularse para no violentar su organismo y conducir este proceso de una forma saludable, aten­diendo a las informaciones en “feedback” que recibe de los miembros del grupo.

Base científica de Biodanza
Biodanza basa su teoría en la Biología, la Medicina, la Antropología, la Etiología, la Filosofía y la Psicología.
También tiene en cuenta otras discipli­nas corporales como el Tai-Chi, Eutonía y otras. De todas ellas toma el conocimiento que necesita para elaborar una sólida teo­ría sobre el ser humano y su desarrollo in­tegral.
Historia y organización de Biodanza
Biodanza fue creada por Rolando Toro Araneda, psicólogo y antropólogo chileno, hace aproximadamente cuarenta años. En el transcurso de estos años ha sufrido transformaciones, pero se ha mantenido siempre fiel al paradigma fundamental: el Principio Biocéntrico, que reconoce la co­nexión inmediata con las leyes que conser­van y permiten la evolución de la vida.
Tiene una gran difusión en Latinoamé­rica, donde es coordinada por la Asociación Latinoamericana de Biodanza. También se expande por Norteamérica y Canadá. En Europa fue introducida hace 10 años, y las actividades están coordinadas por la Aso­ciación Europea de Biodanza, con gran difusión en Italia, Inglaterra, Suiza, Alema­nia, Austria, España y Portugal.Ámbito de Biodanza
Existe una gran variedad de áreas de aplicación de Biodanza. Hay grupos forma­dos por personas que desean un creci­miento personal, y hay grupos específicos formados por personas con una problemá­tica concreta, actuando en el área clínica, docente y profiláctica.
ÁREA CLÍNICA: Hipertensión; depre­sión, ansiedad, alergias, drogodependen­cias, portadores de úlcera.
ÁREA DE EDUCACIÓN: maestros, pro­fesionales de Recursos Humanos, secreta­rias, personal sanitario, bailarines, músicos, administrativos, disminuidos físicos, dismi­nuidos psíquicos.
ÁREA PROFILÁCTICA: niños, adoles­centes, ancianos, jubilados.
ÁREA DE REHABILITACIÓN: mastec­tomizadas, enfermedad de Parkinson, invi­dentes.

Seducir con nuestro cuerpo

¿Eres de esas personas que cree que los seres humanos, por lo general, suelen derrumbarse ante catástrofes y situaciones difíciles? ¿Crees que es “normal” deprimirse ante determinados acontecimientos, que sólo unos pocos se salvan de sentirse así y los que lo consiguen son sospechosamente raros, casi “inhumanos”? Si piensas todo eso, ¡te equivocas! Cada vez hay más estudios que apuntan a que la mayor parte de las personas suelen salir adelante e incluso salir reforzadas de las situaciones de crisis.
Hasta ahora, esta sociedad ha centrado el foco de la atención en las debilidades del ser humano, no en sus potencialidades. Ha construido lo que se podría llamar una “cultura de la victimología”. Incluso, en ocasiones, si alguien se atreve a comentar que está superando una situación de crisis, y lo hace demasiado rápido, es etiquetado de ser una ”persona fría” o de padecer de algún tipo de patología psico-emocional.
Aquí os dejo sólo unos extractos que he elegido de un magnífico artículo que podéis encontrar completo aquí.
LA EXPERIENCIA TRAUMÁTICA DESDE LA PSICOLOGÍA POSITIVA
La capacidad del ser humano para afrontar experiencias traumáticas e incluso extraer un beneficio de las mismas ha sido generalmente ignorada por la Psicología tradicional, que ha dedicado todo su esfuerzo al estudio de los efectos devastadores del trauma. Aunque vivir un acontecimiento traumático es sin duda uno de los trances más duros a los se enfrentan algunas personas, supone una oportunidad para tomar conciencia y reestructurar la forma de entender el mundo, que se traduce en un momento idóneo para construir nuevos sistemas de valores, como han demostrado gran cantidad de estudios científicos en los últimos años. Algunas personas suelen resistir con insospechada fortaleza los embates de la vida, e incluso ante sucesos extremos hay un elevado porcentaje de personas que muestra una gran resistencia y que sale psicológicamente indemne o con daños mínimos del trance.
El interés por comprender y explicar cómo el ser humano hace frente a las experiencias traumáticas siempre ha existido, pero ha sido tras los últimos atentados que han conmocionado al mundo cuando este interés ha resurgido con fuerza.
Más allá de los modelos patogénicos de salud, existen otras formas de entender y conceptualizar el trauma. Durante los primeros momentos de una catástrofe la mayoría de los expertos y la población centran el foco de la atención en las debilidades del ser humano. Es natural concebir a la persona que sufre una experiencia traumática como una víctima que potencialmente desarrollará una patología. Sin embargo, desde modelos más optimistas, se entiende que la persona es activa y fuerte, con una capacidad natural de resistir y rehacerse a pesar de las adversidades. Esta concepción se enmarca dentro de la Psicología Positiva que busca comprender los procesos y mecanismos que subyacen a las fortalezas y virtudes del ser humano.
La aproximación convencional a la psicología del trauma se ha focalizado exclusivamente en los efectos negativos del suceso en la persona que lo experimenta, concretamente, en el desarrollo del trastorno de estrés postraumático (TEPT) o sintomatología asociada. Las reacciones patológicas son consideradas como la forma normal de responder ante sucesos traumáticos; más aún, se ha estigmatizado a aquellas personas que no mostraban estas reacciones, asumiendo que dichos individuos sufrían de raras y disfuncionales patologías (Bonanno, 2004). Sin embargo, la realidad demuestra que, si bien algunas personas que experimentan situaciones traumáticas llegan a desarrollar trastornos, en la mayoría de los casos esto no es así, y algunas incluso son capaces de aprender y beneficiarse de tales experiencias.
Al focalizar la atención de forma exclusiva en los potenciales efectos patológicos de la vivencia traumática, se ha contribuido a desarrollar una “cultura de la victimología” que ha sesgado ampliamente la investigación y la teoría psicológica (Gillham y Seligman, 1999; Seligman y Csikszentmihalyi, 2000) y que ha llevado a asumir una visión pesimista de la naturaleza humana. Dos peligrosas asunciones subyacen en esta cultura de la victimología:
1) que el trauma siempre conlleva grave daño y
2) que el daño siempre refleja la presencia de trauma (Gillham y Seligman, 1999).
Un estudio pionero de Wortman y Silver (1989) recopila datos empíricos que demuestran que tales suposiciones no son correctas: la mayoría de la gente que sufre una pérdida irreparable no se deprime, las reacciones intensas de duelo y sufrimiento no son inevitables y su ausencia no significa necesariamente que exista o vaya a existir un trastorno. Y es que las personas suelen resistir con insospechada fortaleza los embates de la vida, e incluso ante sucesos extremos hay un elevado porcentaje de personas que muestra una gran resistencia y que sale psicológicamente indemne o con daños mínimos del trance (Avia y Vázquez, 1998; Bonanno, 2004).
REACCIONES ANTE LA EXPERIENCIA TRAUMÁTICA
La Psicología tradicional se ha centrado mayoritariamente en este aspecto de la respuesta humana, asumiendo que potencialmente toda persona expuesta a una situación traumática puede desarrollar un trastorno de estrés postraumático (TEPT) u otras patologías (Paton et al., 2000) y elaborando estrategias de intervención temprana destinadas a todos los afectados por un suceso de esta índole. Sin embargo, el porcentaje de personas expuestas a sucesos traumáticos que desarrollan patologías posteriores es mínimo. Además, no hay que olvidar que, del porcentaje de individuos que en los primeros meses pueden ser diagnosticados con alguna patología, la mayoría se va recuperando de forma natural y en un breve espacio de tiempo recupera el nivel normal de funcionalidad.
Recuperación
Desde la Psicología tradicional se ha tendido a ignorar el proceso de recuperación natural, que, si bien al principio lleva consigo la experiencia de síntomas postraumáticos o reacciones disfuncionales de estrés, con el paso del tiempo se desvanecen. Los datos apuntan a que alrededor de un 85% de las personas afectadas por una experiencia traumática sigue este proceso de recuperación natural y no desarrolla ningún tipo de trastorno (Bonanno, 2004).
Resiliencia o resistencia
La resiliencia (del inglés resilience) es un fenómeno ampliamente observado al que tradicionalmente se ha prestado poca atención, y que incluye dos aspectos relevantes: resistir el suceso y rehacerse del mismo (Bonanno, Wortman et al, 2002; Bonanno y Kaltman, 2001). Ante un suceso traumático, las personas resilientes consiguen mantener un equilibrio estable sin que afecte a su rendimiento y a su vida cotidiana. A diferencia de aquellos que se recuperan de forma natural tras un período de disfuncionalidad, los individuos resilientes no pasan por este período, sino que permanecen en niveles funcionales a pesar de la experiencia traumática. Este fenómeno se considera inverosímil o propio de personas excepcionales (Bonanno, 2004) y sin embargo, numerosos datos muestran que la resiliencia es un fenómeno común entre personas que se enfrentan a experiencias adversas y que surge de funciones y procesos adaptativos normales del ser humano (Masten, 2001).
El testimonio de muchas personas revela que, aún habiendo vivido una situación traumática, han conseguido encajarla y seguir desenvolviéndose con eficacia en su entorno.
En definitiva, lo que se deduce de las investigaciones actuales sobre trauma y adversidad es que las personas son mucho más fuertes de lo que la Psicología ha venido considerando. Los psicólogos han subestimado la capacidad natural de los supervivientes de experiencias traumáticas de resistir y rehacerse (Bonanno, 2004).
Uno de los primeros trabajos científicos que potenciaron el establecimiento de la resiliencia como tema de investigación fue un estudio longitudinal realizado a lo largo de 30 años con una cohorte de 698 niños nacidos en Hawai en condiciones muy desfavorables. Treinta años después, el 80% de estos niños había evolucionado positivamente, convirtiéndose en adultos competentes y bien integrados(Werner y Smith, 1982; 1992). Este estudio, realizado en un marco ajeno a la resiliencia, ha tenido un papel importante en el surgimiento de la misma (Manciaux et al., 2001). Así, frente a la creencia tradicional fuertemente establecida de que una infancia infeliz determina necesariamente el desarrollo posterior del niño hacia formas patológicas del comportamiento y la personalidad, los estudios con niños resilientes han demostrado que son suposiciones sin fundamento científico y que un niño herido no está necesariamente condenado a ser un adulto fracasado.
CRECIMIENTO POSTRAUMÁTICO O APRENDIZAJE A TRAVÉS DEL PROCESO DE LUCHA
Calhoun y Tedeschi (1999; 2000), dos de los autores que más han aportado a este concepto, dividen en tres categorías el crecimiento postraumático que pueden experimentar las personas: cambios en uno mismo, cambios en las relaciones interpersonales y cambios en la espiritualidad y en la filosofía de vida.
Cambios en uno mismo: es un sentimiento común en muchas de las personas que afrontan una situación traumática el aumento de la confianza en las propias capacidades para afrontar cualquier adversidad que pueda ocurrir en el futuro. Al lograr hacer frente a un suceso traumático, el individuo se siente capaz de enfrentarse a cualquier otra cosa. Este tipo de cambio puede encontrarse en aquellas personas que, por sus circunstancias, se han visto sometidas a roles muy estrictos u opresivos en el pasado y que a raíz de la lucha que han emprendido contra la experiencia traumática han conseguido oportunidades únicas de redireccionar su vida. Estas ideas son consistentes con los trabajos que indican que las convicciones políticas e ideológicas son el principal factor positivo de resistencia en presos políticos y torturados (Pérez-Sales y Vázquez, 2003).
Cambios en las relaciones interpersonales: muchas personas ven fortalecidas sus relaciones con otras a raíz de la vivencia de una experiencia traumática. Suele ser común la aparición de pensamientos del tipo “ahora sé quienes son mis verdaderos amigos y me siento mucho más cerca de ellos que antes”. Muchas familias y parejas enfrentadas a situaciones adversas dicen sentirse más unidas que antes del suceso. En un estudio realizado con un grupo de madres cuyos hijos recién nacidos sufrían serios trastornos médicos, se mostró que un 20% de estas mujeres decía sentirse más cerca de sus familiares que antes y que su relación se había fortalecido (Affleck, Tennen y Gershman, 1985). Por otro lado, el haber hecho frente a una experiencia traumática despierta en las personas sentimientos de compasión y empatía hacia el sufrimiento de otras personas y promueve conductas de ayuda.
Cambios en la espiritualidad y en la filosofía de vida: las experiencias traumáticas tienden a sacudir de forma radical las concepciones e ideas sobre las que se construye la forma de ver el mundo (Janoff-Bulman, 1992). Es el tipo de cambio más frecuente. Cuando un individuo pasa por una experiencia traumática cambia su escala de valores y suele apreciar el valor de cosas que antes obviaba o daba por supuestas.
En un estudio realizado con 154 mujeres que en su infancia habían sufrido abuso sexual, casi la mitad de ellas (46.8%) informaron haber encontrado algún beneficio de la experiencia vivida, beneficios que pudieron agruparse en cuatro categorías: capacidad de protección de los niños frente al abuso, capacidad de auto-protección, incremento en el conocimiento del abuso sexual y desarrollo de una personalidad más resistente y autosuficiente. Este estudio viene a contradecir la tradicional creencia de que la mayoría de las personas que sufren abuso sexual en la infancia desarrollan un sentimiento de indefensión que les hace vulnerables y sugiere que muchas de las mujeres abusadas parecen salir fortalecidas de su experiencia y con mayores herramientas para protegerse a sí mismas y a sus hijos (McMillen, Zurvain y Rideout, 1995).
En un estudio retrospectivo realizado con 36 supervivientes de una catástrofe en una plataforma petrolífera, a los que se entrevistó 10 años después del suceso, se encontró que un 61% de los entrevistados percibía algún beneficio resultante de su trágica experiencia, como mejora en sus relaciones personales, crecimiento emocional y seguridad económica (Hull, Alexander y Klein, 2002).
En el trabajo de Taylor, Lichtman y Word (1984) se preguntó a personas a las que se les había diagnosticado de cáncer, si su vida había experimentado cambios y qué cambios concretos experimentaron. El 70% contestó afirmativamente a la primera pregunta, y de ellos un 60% consideró positivos los cambios. En la mayoría de los casos los pacientes informaron de haber aprendido a tomarse la vida de otra forma y a disfrutar más de ella.
Para muchas personas, hablar de un crecimiento después del trauma, de una ganancia personal, es algo inaceptable e incluso obsceno. Sin embargo, la exitosa lucha por la supervivencia de la especie humana ha debido seleccionar mecanismos de adaptación a circunstancias sumamente ingratas que conllevan tanto beneficios como costes (Saakvitne et al., 1998).
CONCLUSIONES
Vivir una experiencia traumática es sin duda una situación que modifica la vida de una persona y, sin quitar gravedad y horror de estas vivencias, no se puede olvidar que en situaciones extremas el ser humano tiene la oportunidad de volver a construir su forma de entender el mundo y su sistema de valores.
La labor del psicólogo vista desde la Psicología Positiva debe servir para reorientar a las personas a encontrar la manera de aprender de la experiencia traumática y progresar a partir de ella, teniendo en cuenta la fuerza, la virtud y la capacidad de crecimiento de las personas.

Ejercer el liderazgo


Muchas personas con posiciones de mando se enfrentan a la duda sobre qué estilo de liderazgo es el que mejor funciona; unos optan por ser estrictos, otros por ser flexibles. Y esta duda les genera estrés. Lee este artículo para que adoptes el criterio adecuado y ejerzas un liderazgo más fluido
Siempre los estilos de liderazgo se deben elegir de acuerdo al perfil del equipo de trabajo que se tenga (existen equipos muy competitivos y los hay también muy inmaduros). También el estilo de liderazgo se debe adecuar a las características de cada miembro (de acuerdo a la competencia y motivación de cada uno).
Pero si el criterio es sobre el nivel de disciplina a aplicar, entonces nos vemos impelidos a preguntarnos, ¿cuál funciona mejor?
En realidad, es conveniente que un líder mezcle ambos estilos. La clave es la siguiente: el líder debe ser estricto con el resultado y flexible con la forma en que su colaborador decida llegar a él.
Por ejemplo: supongamos que eres un contador que tiene a su cargo un equipo de personas que tiene la consigna de reducir la cartera vencida de la empresa. Si el porcentaje es reducir la cartera en un 20% al cierre del primer trimestre, todo lo que comuniques a tu equipo deberá proyectar tu intención de que no te conformarás con menos.
Ahora bien, tú puedes compartir tips y estrategias con tu equipo que te han funcionado en el pasado para cobrarles a clientes morosos. Sin embargo, es probable que a tu colaborador 1 le funcione una técnica, al colaborador 2 le funcione otra y el colaborador 3 tenga una técnica completamente diferente.
Si no agrede a las políticas de la empresa conviene que permitas a tus colaboradores expresar tu talento de la forma en que les funciona a ellos,  permitiéndoles elegir su mejor modo para lograr el resultado.
La gran ventaja de este modo de conducirte como líder es que tu equipo estará imprimiendo su propio sello personal en su labor, lo que emocionalmente les resultará más placentero, pues estarán manifestando su individualidad sin perder la meta de equipo.
Al final de cuentas, si eres un líder emprendedor, trabajas para una empresa o eres líder multinivel, lo que importa es el resultado de fin de mes, ¿verdad?

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